Especialistas han criticado el secretismo con el que se han llevado a cabo las negociaciones entre los dos bloques.

En Uruguay se lleva a cabo la  LXV Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), marco en el cual se prevé que este viernes haya un acuerdo para el Tratado de Libre Comercio entre ese bloque y la Unión Europea (UE), en perjuicio de los pequeños agricultores y la industria en Suramérica.

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El corresponsal de teleSUR, Nacho Lemus, informó en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X que la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, está en Montevideo, la capital uruguaya, “y se prevé que el viernes haya acuerdo para el Tratado de Libre Comercio Mercosur-UE”.

“Malas noticias para los pequeños agricultores y la industria en Sudamérica. Festeja el agronegocio, festejan las farmacéuticas alemanas”, señaló el periodista.

En un posteo publicado en la misma red social, Von der Leyen dio a conocer su llegada a Montevideo y sostuvo que “la meta del acuerdo UE-Mercosur está a la vista. Vamos a trabajar, vamos a cruzarlo”.

Anotó: “Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas. La mayor asociación comercial y de inversión que el mundo haya visto jamás.

El canciller uruguayo Omar Paganini anunció que se habría acordado con la parte europea un texto final tras 25 años de negociaciones.

“Lo veo muy bien, ojalá podamos dar los pasos que faltan, que ya son pocos, porque el texto ya existe, asì como lo vemos con un gran anuncio, una gran posibilidad”, manifestó el jefe de la diplomacia uruguaya.

En el año 2023, el comercio entre el Mercosur y la Unión Europea alcanzó aproximadamente los 110 mil millones de dólares, una disminución respecto a los 120 mil millones registrados en 2022.

La UE es el segundo socio comercial del Mercosur, representando el 14 por ciento de las exportaciones del bloque suramericano y el 20 por ciento de sus exportaciones.

Sin embargo, la politóloga Natalia Carrau criticó el secretismo con el que se han llevado a cabo las conversaciones entre los dos bloques.

“No sabemos lo que está puesto ahí en discusión y lo que los gobiernos realmente comprometieron y eso tiñe un poco, deja como una sombra respecto a lo que uno puede esperar del acuerdo porque el secretismo que rodea la negociación deja mucho que desear para que los actores sociales puedan dar una opinión”, dijo.

En este marco, algunos sectores como la industria láctea, la manufactura, la industria automotriz o el sistema de compras públicas deberían tener resguardos especiales ante el riesgo de consecuencias negativas para las producciones locales.

En Francia, también los sectores agrarios han protagonizado movilizaciones en contra del eventual acuerdo, que consideran les será perjudicial.

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